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Descripción
Fue en época musulmana cuando las denominadas alquerías fueron concentrando la población de la Ribera Alta, aunque algunos de estos asentamientos tenían un origen ibero. Con el tiempo estos núcleos de población se han convertido en lugares conectados con la gran ciudad de forma sencilla y con una calidad de vida envidiable. Con todo lo bueno que ofrece la cercanía de una gran urbe y todas las ventajas de vivir conectado con el territorio y su cultura.
El proyecto surge como una interpretación de esta tipología. Se regularizan los deliciosos quiebros de la parcela con los elementos sirvientes de instalaciones, un gimnasio y piezas de almacenamiento, dibujando el trazado de un patio regular. Se consigue de esta forma entender la planta baja como un continuo con el jardín y la piscina desde donde poder disfrutar del clima favorable en esta población.
En la planta superior se disponen las zonas privadas, separándose de la cota baja de la vivienda y buscando un sistema de fenestración lo más opaco posible para poder mantener la privacidad. La fachada tenía que ser continua para dar una lectura coherente al frente urbano, la pieza del garaje ayuda a resolver esta cuestión. Siempre fascinados por el punto de coincidencia en la fachada de Alejandro de la Sota en Tarragona o de innumerables proyectos en la obra de Aires Mateus, se resuelve el alzado con dos huecos unidos en un punto, manteniendo las referencias de altura de la única fachada lateral actualmente construida.
Nos gusta pensar en esta casa enraizada con su entorno próximo como lo están las tradicionales alquerías y abierta cenitalmente al potente tono azul del cielo en esta zona.
Autores
Fran Silvestre Arquitectos
Fecha
2020