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Descripción
Se proyecta, junto con el Aulario Sur, como un edificio de seis plantas orientado de este a oeste. Ambos aularios se disponen de forma simétrica, encarados sobre el eje definido por una calle peatonal interior, donde se sitúan los accesos.
La planta baja está ocupada por los vestíbulos de las tres puertas de entrada. Estas se abren entre los seis volúmenes salientes que albergan las circulaciones verticales del edificio. Sobre la cara opuesta, de fachada porticada, se ubican la cafetería y diversos servicios para la comunidad universitaria. Todas las aulas se sitúan en las plantas altas, atravesadas por un pasillo central que, a modo de calle interior, divide el espacio longitudinalmente en dos mitades. Las aulas de mayor capacidad y altura se disponen en dos niveles sobre el lado norte. Sobre el lado sur, donde se sitúan las cajas de escaleras, cada uno de los niveles se divide a su vez en dos. El piso inferior dispone de espacios abiertos de uso común para el alumnado, mientras que el piso superior está ocupado por aulas más reducidas, a las que se accede por un pasillo abierto con vistas hacia la calle inferior. La perspectiva del corredor del quinto piso se compartimenta por muros transversales sobre los que se abren una serie de arcos. Se trata de una de las pocas aportaciones no funcionales con las que se intenta contrarrestar la monotonía compositiva del conjunto. En esta planta, todas las aulas disponen de la misma altura. Tanto los espacios comunes como las aulas disponen de entradas de luz cenitales a través de la cubierta. Las fachadas, desprovistas de cualquier decoración añadida, se revisten de lienzos continuos de ladrillo blanco o rojo. Sobre los muros de la fachada norte, donde se hallan las aulas de doble altura dispuestas en dos niveles, se abren amplios ventanales enrasados que favorecen la entrada abundante de luz. Llama la atención la ausencia de vanos sobre el último piso, pues sus aulas, como hemos explicado, se iluminan de forma cenital.
Las fachadas laterales destacan por su aspecto macizo, con escasos vanos de reducido tamaño. Por último, en la cara sur se recurre al ladrillo blanco. En ella destaca el juego de volúmenes entrantes y salientes. Entre los macizos de los cuerpos, que carecen de vanos en dos de sus caras, se abren cinco niveles de ventanas verticales que iluminan los espacios de cada una de las cinco plantas altas que conforman el aulario. Todas estas características, el uso bicromático en las fachadas, su desnudez ornamental, los juegos volumétricos puros, etc., forman parte del discurso moderno empleado en el diseño del edificio y en el desarrollo conceptual de este campus universitario.
Autores
Carlos Salvadores Navarro
Fecha
1995