Al arquitecto Javier Goerlich Lleó se debe, en gran medida, la fisionomía moderna de la ciudad de valencia, a la que dedicó una intensa actividad profesional entre 1914 y los primeros años de la década de 1960.
Su valiosa y abundante obra, urbanística y arquitectónica, se circunscribe tanto al ámbito público como al privado, siendo especialmente relevante su labor como arquitecto, municipal y Mayor, del Ayuntamiento de Valencia. Su larga carrera profesional, ejercida sin interrupción en un único y mismo lugar, ofrece un resumen ejemplar de la problemática arquitectónica y urbana de la primera mitad del siglo XX en una de las grandes ciudades españolas.